Sindrome de Down, una hermosa diferencia

Durante todos los años que he estado a cargo del Jardín Infantil, hemos tenido el privilegio de recibir varios niños con “Necesidades educativas especiales”. Y durante esta semana estuve recordando un niño, que ha sido el único que hemos tenido con la discapacidad de Síndrome de Down .
Recuerdo que Matías llegó con dos añitos, sus dificultades eran evidentes pero se revertían con su gran capacidad de afecto. Las emociones estaban a flor de piel, los cariños, los abrazos eran cosa de todos los días. Y lo más importante, que siempre se sintió parte del grupo. Tuvimos el placer de compartir con Matías hasta que cumplió 5 años y tuvo que ir a una escuela especial. Lo recuerdo con muchísimo cariño. Es por eso que quiero recomendar algunas técnicas para el trabajo dirigido a educadores a cargo de niños con retardo Mental, especialmente con Síndrome de Down.

Su aprendizaje se realiza a ritmo lento, debemos tener en cuenta y respetar su ritmo de aprendizaje, brindándole más tiempo para aprender.

Se fatiga rápidamente, su atención no se mantiene por un tiempo prolongado, es importante inicialmente trabajar por períodos cortos y prolongarlos de a poco

Su interés por la actividad a veces está ausente, se sostiene por poco tiempo, conviene motivarlo con alegría y con objetos llamativos desafiantes

No puede realizar una actividad solo, debemos ayudarle y guiarle a realizarla, hasta que lo logré

La curiosidad por conocer y explorar lo que le rodea está limitada, tenemos que respetar en él su interés por los objetos y personas cercanas, e intentar ampliar poco a poco sus intereses.

Le cuesta trabajo recordar lo que ha hecho y conocido, hay que repetir con él muchas veces las tareas, para que recuerden como se hacen y para que sirven.

No se organiza para aprender de los acontecimientos de la vida diaria, debemos ayudarles a aprovechar todos los hechos que ocurren a su alrededor, relacionando los conceptos con lo aprendido en clase.

Es lento en responder a las órdenes que le damos, es importante esperar con paciencia, pero, al mismo tiempo, invitarlo a dar una respuesta cada vez más larga.

No se le ocurre crear o inventar situaciones nuevas, podemos conducirle a explorar situaciones novedosas y a tener iniciativa.

Tiene dificultades en solucionar problemas nuevos, aunque estos sean parecidos a otros vividos anteriormente, hay que darle oportunidades de resolver situaciones de la vida diaria, no anticipándonos, ni respondiendo en su lugar.

Se ha enfrentado a muchos fracasos, tenemos que ayudarlo a conocer el orden de la resolución del problema, secuenciando y graduando bien las actividades y ofreciéndoles múltiples oportunidades de éxito.

Por lo general han recibido poco estímulo por sus resultados, es importante decirle siempre lo mucho que se ha esforzado o que ha trabajado. Reforzarle por el éxito que ha logrado, permitirá un mayor interés y alargará sus tiempos de trabajo.

Ha tenido pocas oportunidades de participar activamente en la tarea, debemos planear actividades en las cuales él sea el protagonista, así aprenderá mejor y olvidará menos.

Se confunde y rechaza una situación, porque se le pide que realice muchas tareas en corto tiempo, hay que seleccionarlas, repartirlas en el tiempo, de forma tal que no se agobie ni se canse.


Referencia bibliográfica:
Niños con necesidades educativas especiales.