lunes, 4 de junio de 2012

La utopía de educar...

A veces lo olvido, y siempre debo volver al origen, a lo que me alimenta el alma.
 Y de pronto un acontecimiento personal me hace perder el camino, me hace perder de vista lo que más amo. Lo que quisiera realizar para el resto de mi vida.
 Aquella utopía, de llegar a lugares insospechados, estremecerme con miradas, sonrisas, lágrimas. Y una niña me cuenta que su mascota es un Delfín que vive en la tina.
Y me conecto nuevamente.
 Ser docente, que gran desafío!, maravilloso, tejiendo historias comunes, de cada año iluminando caritas rosadas. Y entonces me doy cuenta que es posible y que quiero seguir apostando a la esperanza de que en cada aula hay una oportunidad de un mundo mejor para todos.
 Imposible negar las dificultades que se han puesto en mi camino, los esfuerzos increíbles que se realizan frente a situaciones complejas, donde nos encontramos como referente, sostén y pilar de todos aquellos acontecimientos nuevos que enfrentar.
 Las dudas y los miedos dejan de existir cuando sientes que lo que haces ...lo haces con amor.

 ¿Me equivoco? Sí, muchas veces.
 Pero sigo creyendo en las posibilidades y el amor de cada uno de mis pequeños, son la fortaleza. Aquello en lo que realmente y con certeza creo.