“¡Señor! Tú que enseñaste, perdona que yo
enseñe; que lleve el nombre de maestra, que
tú llevaste por la Tierra. Dame el ser más
madre que las madres, para poder amar
y defender como ellas lo que no es carne
de mis carnes. Dame que alcance a hacer
de una de mis niñas mi verso perfecto y a
dejarte en ella clavada mi más penetrante
melodía, para cuando mis labios no canten
más”.
Gabriela Mistral, La Oración de la maestra.
de mis carnes. Dame que alcance a hacer
de una de mis niñas mi verso perfecto y a
dejarte en ella clavada mi más penetrante
melodía, para cuando mis labios no canten
más”.
Gabriela Mistral, La Oración de la maestra.
A veces me desmotivo, me disperso, me cuestiono mi labor... pero siempre siempre hay una sonrisa que lo cambia todo... Y me reencuentro con lo que más amo !!
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