domingo, 4 de abril de 2010

Conejitos


Cada vez se hace más difícil explicar a los niños lo que es "Semana Santa". Para la mayoría de ellos es un día para comer chocolates hasta reventar. Para los padres, un fin de semana para el descanso. Pero todo esto no es tan malo, si lo vivenciamos en familia, como algo mágico, un recogimiento espiritual, la oportunidad para darse todos los cariños y afectos. Que bueno sería, crear un día de regalar un chocolate a otro, junto con una sonrisa y un buen deseo, a quienes queremos y a quienes no tanto. Como también darle importancia a la meditación a pensar en sus acciones, a resolver de la mejor manera sus conflictos. Que lindo sería que junto con repartir chocolates, repartiéramos dulzura.

¿Y los padres? ... Es el momento para hablar con nuestro hijos, regalarles sonrisas y pequeños gestos de amor.
¿Y los educadores? ... No nos quedemos en los conocimientos, avancemos hacia nuestro interior. meditación, paz, austeridad, reflexión y mostrarle a nuestro pequeños, que este es un hermoso lugar para compartir, para encontrarnos.
No es fácil no caer en la tentación de comprar muchos, muy muchisimos chocolates (especialmente para quienes somos adictos) Pero demos sentido a este maravilloso invento, un sentido emocional, no solo comercial.

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