
....Una vez tuve un sueño, de esos sueños que llevan al corazón anhelos e ilusiones.... soñé que en la inmensidad del cielo, había una estrella, era la más brillante, la más hermosa. Esa estrella, me iluminaba, titilaba haciendo de mis noches, las más dulces que recuerdo.
Un día, ese sueño llegó a ser realidad...Allí estaba esa estrella maravillosa que esperaba atentamente en el cielo poder bajar a la tierra e iluminar no sólo mis noches, sino también mis días. Esa estrella espero mucho tiempo, quizás fue mucho, pero llegó...
Dios le dijo a esa estrella; - “te voy a transformar en ángel, con las alas más blancas que tengo, debes ir volando a la tierra y buscar entre todos los hombres y mujeres que allí viven, una familia...la que tú desees... te doy la libertad de elegir la que gustes y quedarte a vivir con ella. Llévales mis bendiciones y has de ellos las personas más felices de la tierra...”.-
Así es, como llegaste volando desde el cielo, con ese envío de Dios, y te internaste en mi vientre. Era un verano y yo sabía que algo raro pasaba, que mi vida no iba a ser la misma, que tenía que estar alerta para recibir ese envío de Dios. A partir de ese momento comenzó a crecer dentro de mi corazón una felicidad que no podría describir a ciencia cierta, es extraño, porque pasé nueve meses de mi vida con una sonrisa imborrable; dicen que la felicidad es momentánea, pero yo no creo eso, ya que desde ese entonces descubrí lo hermosa que es la vida, y lo importante que es amar, sin condiciones, sin tapujos, sin miedo, sin vergüenza.
Creciste en mi vientre, es probable que yo haya crecido más (en todo orden de cosas), me sentía libre, siempre contenta, sabía que me traías bendiciones del cielo, sabía que desde allí, tú me elegiste para ser tu mamá....¿qué curioso?, a veces pienso que no merezco tanto, pero si así fue tu elección. Hoy siento que fue maravillosa, porque creía que había sido yo quien tomaba la decisión de ser madre y que estaba preparada para aquello, pero Dios me demostró lo contrario, fuiste tú quien decidió que yo fuera tu mamá...
Hoy me siento una princesa, de esas de los cuentos que leemos en las noches, que vive en el palacio más hermoso, con un príncipe a su lado y una princesita que revolotea por aquel palacio esparciendo esas bendiciones que Dios te dio para que las trajeras a mi vida. Tus abrazos, tus besos, tus travesuras, nuestra forma de comunicarnos, sólo con la mirada nos decimos todo. Aquí en nuestro mundo no son necesarias las palabras.
Hoy me siento mujer.....me siento mamá....me siento feliz...porque mis anhelos todos se hicieron realidad con tu llegada.
Te amo hija...eres lo más hermoso que me ha pasado en la vida.
Un beso cariñoso, tu mamá,
Alejandra A.