
En esta época de vacaciones es la oportunidad para acercarnos a la naturaleza. La propuesta es hacer un recorrido por distintos paisajes que poblaron nuestra infancia y que son una rica experiencia para nuestros niños, mirar un eclipse, atravesar un campo con el pasto muy alto o hundir sus manos en el barro, seguramente también con ellos aparecerán emociones: la risa compartida, las manos entrelazadas, el recuerdo del olor a tierra.
Estas emociones nuestras que llegan con los recuerdos las podemos transferir y jugar con ellas, ya que cuando los sentidos están abiertos son verdaderos aliados, para percibir y conocer la realidad, también para construir en diálogo con ello aprendizajes valiosos. Los entornos naturales son una fuente inagotable de recursos para jugar. Están al alcance de todos, en mayor o menor medida, sin importar el lugar geográfico. Por eso descubrir el mundo a través de experiencias “naturales” nos posibilita validar la curiosidad de los niños y niñas y rescatar experiencias que recordarán toda la vida a modo de sensaciones, aromas y arrullos. Jugar al aire libre, explorando la naturaleza sin dañar su equilibrio ecológico, nos hace sentir incentivados a explorarla y descubrirla mediante el juego significativo en ella y con ella, generando una actitud curiosa para el desarrollo de la actividad lúdica.
Una idea entretenida es jugar junto a nuestros niños a la luz de la luna, especialmente estos días de calor.
Estas emociones nuestras que llegan con los recuerdos las podemos transferir y jugar con ellas, ya que cuando los sentidos están abiertos son verdaderos aliados, para percibir y conocer la realidad, también para construir en diálogo con ello aprendizajes valiosos. Los entornos naturales son una fuente inagotable de recursos para jugar. Están al alcance de todos, en mayor o menor medida, sin importar el lugar geográfico. Por eso descubrir el mundo a través de experiencias “naturales” nos posibilita validar la curiosidad de los niños y niñas y rescatar experiencias que recordarán toda la vida a modo de sensaciones, aromas y arrullos. Jugar al aire libre, explorando la naturaleza sin dañar su equilibrio ecológico, nos hace sentir incentivados a explorarla y descubrirla mediante el juego significativo en ella y con ella, generando una actitud curiosa para el desarrollo de la actividad lúdica.
Una idea entretenida es jugar junto a nuestros niños a la luz de la luna, especialmente estos días de calor.
